Viendo el Panteón de París cualquiera diría que estamos en otra ciudad menos en esta. Sin embargo, la arquitectura de la capital francesa es capaz de esto, y mucho más. Para verlo sólo tenéis que pasaros por el Barrio Latino. Aunque, mejor que decir para verlo, habría que apuntar que se trata de una visita imprescindible en la ciudad.
Ya no sólo por su imponente arquitectura, sino porque aquí descansan los hombres más ilustres de la patria francesa. Nombres como Voltaire, Braille, Víctor Hugo, Marie Curie… son algunos de los que reposan el descanso eterno entre estos insignes muros. Algo así como una necrópolis republicana en toda regla, ¿no?.
El edificio tiene 110 metros de largo por 84 de ancho, con su enorme cúpula, parecida a la de la Catedral de San Pablo en Londres, de 83 metros de altura. Al acceder al interior, tras atravesar su frontón triangular de columnas de la fachada, veremos en el centro el célebre péndulo de Foucault, una esfera de 47 kilos suspendida en el aire por un hilo de 67 metros.
Siguiendo el camino de la nave central veremos las escaleras que nos llevan a la cripta, en donde se hayan enterrados hasta 73 personalidades francesas. Voltaire, Marat, Zola, el matrimonio Curie, Louis Braille, Víctor Hugo, Alejandro Dumas… toda una enorme estela de lo mejor que ha podido dar Francia en toda su historia.
Y aunque os suene muy republicano el Panteón, curiosamente el origen de todo este monumento fue otro. En 1764 el rey Luis XV caía gravemente enfermo. Ante tal tesitura sólo pudo rogar a las cielos, prometiéndole a Santa Genoveva, patrona de París, una iglesia en su honor si lograba curarse.
El monarca salió adelante en su enfermedad, y por tanto, en 1780 se colocaba la primera piedra del Panteón. Apenas estuvo terminado diez años después, y sólo duró un año como iglesia, ya que en 1791, y aún con los efluvios de la Revolución Francesa en el ambiente, la Iglesia de Santa Genoveva se convirtió en Panteón.
De esa época data la frase que encabeza su fachada: «Aux grands hommes, la patrie reconnaissante». Sin embargo, años más tarde, Napoleón le devolvió su estatus religioso, desde 1806 hasta 1815, cuando ya descansaban aquí los restos de Voltaire. No sería hasta 1830 cuando el monumento adquiriría de nuevo el rango de Panteón.
Si la visitáis os recomendamos acercaros también a las galerías que hay situadas bajo la cúpula, desde la que se disfruta una panorámica maravillosa de París. Precisamente, antes de la construcción de la Torre Eiffel o la Basílica del Sagrado Corazón, los parisinos venían hasta aquí para contemplar, como si de un mirador se tratase, su ciudad.
– Información adicional
- Dirección: Plaza del Panteón
- Horarios: Abre todos los días, en verano de 09.30 a 18.30 y en invierno de 10.00 a 18.15 horas.
- Precios: La entrada cuesta 6,40 euros
– Cómo llegar
La mejor forma de llegar es bajándoos en la parada de metro de Cardinal Lemoine. Desde aquí el Panteón se halla a unos cinco minutos a pie.