Si bien el metro es tal vez la mejor manera de moverse por París, hay algunos lugareños y turistas que prefieren el atobús. Estos últimos sobre todo por el hecho de poder desplazarse mientras ven la ciudad. Si de todas maneras tenéis que usar también el metro, no preocuparos porque los billetes son válidos para ambos.
Si no tenéis prisa, los autobuses son un buen medio para hacer turismo. El tráfico intenso del centro de París ralentiza mucho el transporte público, por lo que os los aconsejamos especialmente para trayectos cortos. Ya os podéis imaginar que con ese tráfico los horarios que aparecen en las paradas rara vez se cumplen.
Funcionan las 24 horas del día, aunque hay algunas rutas que terminan pronto, e incluso los domingos no hay autobuses para esas rutas. De noche circulan los Noctanbus, que recorren el centro y os pueden llevar a las afueras, saliendo la mayoría de ellos desde Chatelet. En total son unas 58 líneas las que atraviesan París y la periferia
Para los turistas lo mejor es el conocidos como Balabus, que sale desde la Defensa y se dirige a la zona de los Campos Elíseos, pasando luego por el Sena, el Museo del Louvre, Notre Dame, la Bastilla, para regresar otra vez por los Campos Elíseos.
Dicen muchos turistas que lo mejor de los autobuses de París no es precisamente su eficiencia, sino la comodidad en el interior. Si tenéis la suerte de sentaros, podéis disfrutar de un viaje placentero. Debéis saber elegir vuestro autobús, para que os lleve por buena parte de la ciudad, disfrutando de las vistas.
El billete sencillo, que vale también para el metro, tiene un precio de 1,70 euros. Aún así, si queréis usar con frecuencia los transportes públicos en París, lo más recomendable es hacerse con una tarjeta París Visite o Passe Navigo, para poder usar de forma ilimitada durante cierto tiempo los autobuses.
Para guiaros, un consejo: los autobuses que circulan por la ciudad tienen dos dígitos, suelen ir del 20 al 96, mientras que los que lo hacen o nos llevan a la periferia llevan tres dígitos